Todo lo que necesitas saber sobre los pisos de alquiler con piscina en Madrid
Madrid es una ciudad para disfrutar del aire libre, en gran parte gracias a sus suaves temperaturas. Así que, si alquila un piso con piscina en Madrid, usted disfrutará del clima mediterráneo. Esta instalación en su vivienda es perfecta para realizar actividades en el exterior y sofocar el calor que reina en los meses estivales con un buen chapuzón.
Por todo ello, muchas personas que buscan alquilar un piso en Madrid requieren que este tenga piscina en casa o en la comunidad de vecinos. La capital dispone de una gran oferta de pisos con piscina, que pueden ser casas individuales, torres o casas unifamiliares con jardín y piscina privada.
Eso sí, este elemento siempre representa un incremento en el precio del inmueble, sobre todo si es privada y solamente la usa el inquilino. Evidentemente, disponer de una piscina para uso personal es un elemento de lujo que no todos los barrios de Madrid ofrecen.
Además, arquitectónicamente hablando, tampoco es tan sencillo construir una piscina en un edificio de Madrid, sobre todo en el caso de que esta se instale en azoteas o terrazas. Si desea alquilar un piso con piscina en la capital de España, probablemente deba buscarlo en zonas adineradas de la ciudad o en zonas más residenciales y alejadas del centro.
Las ventajas de alquilar un piso con piscina en Madrid
Madrid dispone de una temperatura muy agradable, con lo que durante muchos meses podrá disfrutar de la piscina. Concretamente, lo habitual es que, desde principios de junio hasta finales de septiembre, e incluso después en estos últimos años, un chapuzón en Madrid sea completamente factible.
Así pues, si le gustan las piscinas, sin duda es un elemento que debe valorar si el presupuesto lo permite, porque podría ser una gran inversión y pagar una renta un poco más elevada con el fin de que el inmueble tenga piscina.
Si tiene niños pequeños, será ideal que puedan bañarse en la piscina tantos meses al año. Madrid ofrece muchos inmuebles con estas características, pero, aunque los precios son más caros, las piscinas comunitarias son bastante más asequibles.
Generalmente debe tenerse en cuenta que las piscinas comunitarias requieren de un mantenimiento exhaustivo y que esto repercute en el precio de la comunidad, pero este importe normalmente lo paga el propietario.
Evidentemente, por este mismo motivo el precio del alquiler aumenta, ya que los dueños suelen repercutir este gasto en el importe del arrendamiento. Generalmente, las piscinas comunitarias tienen una serie de normativas para que la convivencia y uso de las instalaciones sean del agrado de todos.
Así pues, lo habitual es que no esté permitido jugar a pelota, introducir colchonetas u otros elementos en el agua y suele haber un número limitado de posibles invitados a la piscina por cada inquilino.
También hay que tener en cuenta que las piscinas comunitarias no suelen disponer de vigilante, con lo que es peligroso dejar solos a los niños pequeños sin la supervisión de ningún adulto.